presidencias radicales

El primer gobierno de Hipólito Yrigoyen (1916-1922)

Hipólito Yrigoyen.

El gobierno de la Unión Cívica Radical significó la llegada al gobierno y a la dirección de los organismos estatales de integrantes de los sectores medios que hasta ese momento estaban excluidos de hecho de esas funciones.

La primera presidencia de Hipólito Yrigoyen impulsó una serie de políticas de nuevo tipo que en conjunto señalaban una tendencia nacionalista transformadora, entre las que se destacaron la creación de la empresa petrolera estatal YPF, las nuevas leyes rurales, el fortalecimiento de la red pública de ferrocarriles, la Reforma Universitaria y una política exterior fuertemente autónoma de las grandes potencias. En materia laboral impulsó algunas leyes obreras como la ley de la jornada de 8 horas, e intervino como mediador neutral en los conflictos entre sindicatos y grandes empresas, pero durante su gobierno sucedieron las grandes masacres obreras de la Semana Trágica y los fusilamientos de la Patagonia, con miles de trabajadores asesinados. El historiador Halperín Donghi explica que los gobiernos radicales resolvieron el problema del equilibrio regional en Argentina, pero y como consecuencia de ello, al mismo tiempo llevaron a un primer plano los desequilibrios sociales, para los cuales el radicalismo carecía de soluciones de fondo, al ignorar sistemáticamente las diferencias de clase. El radicalismo, durante el primer gobierno de Yrigoyen, estuvo en minoría en el Congreso: en la Cámara de Diputados 45 miembros eran radicales y 70 opositores, mientras que en el Senado sobre 30 miembros solo 4 eran radicales. A pesar de ello Yrigoyen mantuvo una actitud antiacuerdista y poco proclive al diálogo y la negociación, no solo con los partidos tradicionales conservadores que controlaban el Senado, sino también con los nuevos partidos populares que adquirieron protagonismo a partir del voto secreto: el Partido Socialista y del Partido Demócrata Progresista. Asimismo, Yrigoyen llevó adelante una sistemática política de intervenciones a las provincias y un estilo de conducción personal y directa, que sería criticado severamente por sus opositores tanto dentro como fuera de la UCR.

[editar] El gobierno de Marcelo T. de Alvear (1922-1928)

Marcelo T. de Alvear.

En 1922 la Unión Cívica Radical obtuvo 450.000 votos contra 200.000 de la Concentración Nacional (conservadores). Marcelo T. de Alvear desarrollará una presidencia marcadamente diferente, en estilo y contenido a la de Hipólito Yrigoyen.

En primer lugar, el radicalismo durante su mandato, manifestó una clara vocación de diálogo y alianzas con otras fuerzas políticas, en particular socialistas y demócratas progresistas. En segundo lugar, las políticas de transformación económica y social que habían sido impulsadas durante el gobierno de Yrigoyen, resultaron atenuadas, cuando no directamente revertidas, como sucedió con la Reforma Universitaria, la política ferroviaria y la política exterior.

[editar] Yrigoyenismo vs. Antipersonalismo

La Unión Cívica Radical estaba dividida interiormente, desde principios de siglo, entre los llamados «azules», de tendencia más conservadora y origen social de clase media alta, muy fuertes en la Ciudad de Buenos Aires, y los llamados radicales de tendencia más popular y origen social de clase media baja, fuertes en la Provincia de Buenos Aires.

YPF sentó las bases del nacionalismo económico.

Ya en 1920, la Unión Cívica Radical sufrió una fractura, desprendiéndose del mismo la Unión Cívica Radical Unificada liderada por Enrique Mosca, que ganaría las elecciones a gobernador de la Provincia de Santa Fe en 1920 y 1924.[14] Estas diferencias internas se profundizaron a partir del enfrentamiento entre Alvear e Yrigoyen, que a su vez condujo a una fractura de la UCR entre yrigoyenistas y antipersonalistas a partir de 1924.[15] El líder del radicalismo antipersonalista fue Leopoldo Melo, y con él estaban entre otros Vicente Gallo, Tomás Le Breton, José P. Tamborini, José C. Crotto, los principistas de Entre Ríos encabezados por Miguel Laurencena, y el futuro presidente de la Nación Roberto M. Ortiz. Cuestionando el liderazgo vertical del «caudillo» Hipólito Yrigoyen, la Unión Cívica Radical Antipersonalista retomó una de las cuatro banderas del radicalismo sostenidas por Alem: la impersonalidad de la coalición. El lencinismo de Mendoza y el bloquismo de San Juan, también se sumaron al radicalismo antipersonalista aunque sin perder identidad. Marcelo T. de Alvear no apoyó a los antipersonalistas en forma explícita, pues nunca llegó a sumarse abiertamente. Quizás sea conveniente referir que el antipersonalismo se gestó con Alvear en el gobierno. Cuando en 1926 el sector intentó intervenir la provincia de Buenos Aires para afectar la posibilidades electorales del yrigoyenismo, Alvear lo impidió, lo que configuró un serio revés para el antipersonalismo.[16]

En 1927 la Unión Cívica Radical Antipersonalista eligió como candidato a presidente a Leopoldo Melo, acompañado por Vicente Gallo para vicepresidente, que será inmediatamente apoyado por la Confederación de las Derechas, unificadora de todo el espectro conservador.[17] Por su lado, en 1928, la convención de la Unión Cívica Radical consagraron candidato al «Caudillo«, como le decían sus partidarios a Yrigoyen, y al entrerriano Francisco Beiró como candidato a vicepresidente.

Las elecciones se realizaron el 1 de abril de 1928 polarizándose entre los dos candidatos radicales. El triunfo de Yrigoyen fue aplastante: 840.000 votos contra 440.000 de Melo-Gallo.

[editar] El segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen (1928-1930)

Los opositores saquearon la casa de Yrigoyen durante el golpe.

El segundo gobierno de Yrigoyen coincide con la Gran Depresión mundial de 1929 que paralizó la actividad económica y puso en crisis al propio sistema capitalista. El radicalismo, seriamente dividido y con Yrigoyen en la presidencia, no supo encontrar respuestas.[18] El historiador radical Félix Luna dice de ese momento:

La quiebra del ímpetu liberador del gobierno radical se debió fundamentalmente a la quiebra del radicalismo mismo.[19]

Yrigoyen fue muy criticado por una serie de intervenciones a provincias y asesinatos de opositores, entre ellos el del Senador Lencinas,[20] y al realizarse las elecciones parlamentarias de 1930, el radicalismo perdió estrepitosamente en la Ciudad de Buenos Aires, resultando tercero detrás del Partido Socialista Independiente y el Partido Socialista, perdiendo también en el total nacional. Aún faltaban cuatro años para las elecciones presidenciales y la debilidad del gobierno de Yrigoyen se hizo crítica.

En esas condiciones, el 1 de agosto de 1930, en una de las medidas más audaces tomadas durante el gobierno de Yrigoyen, YPF intervino en el mercado para fijar el precio del petróleo y romper los trusts. Debido a esto, algunos historiadores han dicho que el golpe tuvo olor a petróleo.[21]

El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu derrocó al gobierno constitucional, iniciando una serie de golpes de estado que durarán hasta los años 1980 interrumpiendo todos los gobiernos surgidos del voto popular.

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